A lo largo o corto de mi vida, me he cruzado en el camino
con personas y cada una de ellas han dejado huella en mí.
Mis cómplices, como los llamo yo, son amigos que me
invitaron a formar parte de su vida.
A ellos tengo mucho que agradecer, me han dado el regalo de
la amistad desinteresadamente. Afortunada soy de tenerlos, en momentos y etapas
diferentes de mi vida.
Ellos han abierto sus oídos para escuchar cuando he tenido
que exteriorizar mis sentimientos, me han brindado un hombro para que yo
encontrara consuelo, me han brindado consejo y pautas básicas a seguir en este
duro andar de la vida, han sido cómplices de mis locuras y hasta han estado ahí
sin yo haberme dado cuenta.
Unos han sido fugaces, otros han estado por un tiempo más largo, hasta que la vida misma se encargó de llevarnos por caminos diferentes, y por supuesto están mis cómplices los que me acompañaran toda mi vida.
Unos han sido fugaces, otros han estado por un tiempo más largo, hasta que la vida misma se encargó de llevarnos por caminos diferentes, y por supuesto están mis cómplices los que me acompañaran toda mi vida.
No importa por cuanto tiempo vivamos en complicidad, porque
siempre vivirás en mi…… todos han sido, son y serán poemas vividos.
Yo estaré atenta para mirar, escuchar y disfrutar la presencia
del amigo.
Vanessa Carvajal.
2 comentarios:
Hasta aquí llego por hoy Vanessa. Palabras vivas, palabras de vida todas ellas... La vives y la defines muy bien.
Un abrazo.
Así es Ernesto, vivo la vida intensamente, ella vibra en mí.
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